De repente te encontras en un universo paralelo pensando en encontrarlo en una esquina cualquiera y conversar. Mirarlo y que se suelte ese impulso, abrazarlo. Ese baiben de dudas y miedos que de repente es seguridad y asumir que lo que se siente, se siente. Aun con el riesgo de no perdonar. Aun con el riesgo de lastimar. Aun con el riesgo de volver a sangrar.
Mi cabeza se encuentra revolviendo el tacho de las posibilidades desechas por la decepción, tratar de reciclar alguna sonrisa. Tratando de no despegar los pies del piso, flotando un poco y las raíces queriendo anclar en recuerdos.
Algo inesperado espero, con una mirada extraña al mundo, queriendo extrañar en tiempo real. Sortear el destino, barajar y apostarte y tal vez, en una de esas ganarte.
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